La Consulta Popular

La consulta al pueblo es un mecanismo democrático, necesario cuando el país requiere urgentes cambios. Voces de distintos sectores están solicitando, con cada vez más fuerza, que el Presidente la haga, y él debe obedecer a esos pedidos antes de que, por alguna razón, decaiga su popularidad, y el pueblo vote, como ya ha ocurrido, en contra de su bienestar.

Sin embargo, lo importante es que esta se realice recogiendo, igualmente, el sentir popular. Muchas son las propuestas que se están haciendo y no debe haber temor en receptoras, porque los votantes sabrán aceptarlas o no, considerando lo que sea más conveniente para nuestros intereses. El país no es propiedad ni feudo de nadie, ni los ecuatorianos una manada de borregos. El tiempo y los duros golpes que hemos recibido nos han hecho madurar y al primer mandatario no le debe temblar la mano al disponer su convocatoria.

Este procedimiento es menos traumatizante, menos costoso y más rápido que hacer una reforma constitucional desde el Legislativo, que permitiría montar una nueva estructura desde el poder, facilitando la adopción de medidas que viabilicen el plan de gobierno, porque, mientras tanto, en ciertos aspectos, está sujeto a los moldes existentes, que son como una camisa de fuerza a los que se debe sujetar.

Los gobernantes deben saber acoger e interpretar el malestar popular y hacer acopio de las herramientas legales para remediarlo.