Exclusivo
Opinión
La década perdida afectó a nuestra juventud
La década perdida dejó estragos en todos los lados convirtiéndose muchos jóvenes en una generación perdida. Algunos adolescentes, incluyendo a jóvenes y niños, han adoptado una actitud nefasta con relación a la vida. Ellos, con limitadas excepciones, por supuesto, llevan adelante una actividad que atenta contra las leyes, principios, normas y reglas que rigen en nuestra comunidad. Están en contra de todo, y no respetan ni siquiera a sus progenitores ni a sus profesores.
Ciertos muchachuelos utilizan términos groseros, hablan malas palabras sin respetar a nadie. Algunos hombres se ponen aretes y las mujeres se los colocan en diversas partes del cuerpo, incluyendo hasta la lengua.
Un sector de jóvenes, incluyendo a ciertos niños, ya están atrapados en drogas, pues desde el mismo correato se expidió una tabla de consumo mínimo de los estupefacientes, incluidos el cigarrillo y el licor.
Hay grupos de bailes indecentes en los cuales, en una total orgía, llegan al extremo de impulsar un ritmo al que llaman ‘el perreo’.
Su música preferida es el reguetón. No conocen de valores y principios del pentagrama nacional. No conocen ni la música ecuatoriana. Es más, la rechazan y a veces tararean canciones, en otro idioma, lo cual, traducido al castellano, por lo general se refiere a términos vulgares, grotescos, basura, que rayan en contra del respeto a la propia persona.
¿Qué nos está pasando?...
Vale destacar que los primeros maestros deberían ser los propios progenitores, y quienes por consiguiente deben enseñar como ejemplo tratando de ser cada día más formales, más adultos, formando en la mente de su prole las virtudes que en nuestra comunidad sí existen.