Opinión
La intimidad es política
El 29 de julio se inauguró en el Centro Cultural Metropolitano de Quito una alucinante exposición llamada La intimidad es política. La muestra acerca al público nacional a lo más talentoso del arte contemporáneo y también cumple la finalidad social de fomentar la igualdad entre distintas formas de ser hombres o mujeres.
Apuesta a generar conciencia crítica y debate sobre cómo se construyen las estructuras de dominación política en torno al sexo, el género, las clases sociales, las etnias.
Lo que más se difundió de esta exposición quizá fue la gigantesca polémica que causó la obra Milagroso Altar Blasfemo, de la colectiva boliviana Mujeres Creando. Paradójicamente, este mural no es ni de lejos lo más importante o conmovedor de la muestra. Sectores súper conservadores de la sociedad incluso exigieron que esta pintura fuera retirada del museo. Por una suerte de milagro laico, el mural sigue ahí y seguirá hasta el final de la exposición.
La intimidad es política está curada por Rosa Martínez, primera directora de la Bienal Internacional de Venecia (2005) y consiste en 17 obras entre instalaciones, dibujos, pinturas, esculturas, fotos, vídeos y performances –presentadas en las salsas, patios y terraza del museo- de artistas y colectivos de Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Yugoslavia.
Se trata de una exposición extraordinaria y sin precedentes en el país. ¡Vayan a verla!