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Opinión

Las dos Chorreras

Dr. Alexander Cajas S.

Soñaba con viajar a Cuenca, la tierra de mis encantos y deleites, para poderla observar sin el bullicio de su fiesta. Me fui en plan familiar y escogí el mediodía porque uno se deleita con la belleza de sus paisajes que no me dejan dormir porque sus montañas se encienden con la luz del sol, dando escenas que solo pueden descifrar la fantástica imaginación: mares cabalgando en alas de nubes sobre sus enormes cerros recubiertos con cipreses y eucaliptos que embelesan jugando con sus serpenteantes riachuelos que nacen del cielo y se impregnan en el pajonal.

Las dos Chorreras son unas hermosas cabañas en el centro del Páramo del Cajas, con toda su belleza y esplendor, sus lagunas, sus arroyos y riachuelos, sus gansos, sus conejos, las alpacas, las infaltables truchas. Recorrí mi entrañable ciudad, ahora distorsionada por la modernidad que piensan que les dará el nuevo tranvía.

Al otro día me subí a Turi para ver la ciudad de mi esposa y de dos de mis hijos en su mayor esplendor: sus ríos, sus templos, sus universidades, sus legendarios barrios, sus modernas ciudadelas, y lo más bello, su gente. Una oda poética que se siente brillar al interior, indescifrable para los sentidos y el alma pesa los aromas de la amistad, de la fraternidad que hace mutuo el consentimiento de una ciudad donde la fantasía se hace poema.