La dignidad, el buen nombre, la historia llena de páginas de gloria de nuestras Fuerzas Armadas Ecuatorianas no pueden ser mancilladas miserablemente con hechos que nos avergüenzan como país.

No es posible que el ‘Chapo’ Guzmán, el capo mafioso, traficante de drogas, haya tenido como “panas” de su corrupción a miembros de las Fuerzas Armadas ecuatorianas para llevar a cabo sus “negocios de droga” desde nuestro territorio hacia otras latitudes de la Tierra. Y, lo que es peor, estos malos elementos se encuentran libres de pecado y culpa por obra y gracia de una justicia en la que Correa metió manos y uñas para que todo quede en la impunidad y de esta manera tener la cara dura de presentarse alguna vez más convertido en el “mesías” redentor de los humildes con el pretexto de su “robolución” ciudadana.

Esto no puede ser. Tenemos que reaccionar los ecuatorianos ante tanta estulticia y ante tanta podredumbre y miseria, propias de seres que no son más que eso, seres, pero no seres humanos. Las FF. AA. están en la obligación de hacer lo que sea necesario para descubrir a los perniciosos que la han ofendido. Hacerle conocer al país los nombres y apellidos, los “alias” de estos desvergonzados y pícaros malos elementos que por desgracia forman parte de sus filas.

El Ecuador debe hacer todo lo que sea necesario para que deje de ser parte de la espiral incontenible del tráfico de drogas que nos ahoga y pone en peligro a nuestras futuras generaciones. (BLC)