Opinión
Lenín, con estilo propio
Desde antes de la asunción del mando, el presidente Moreno se mostró dispuesto a dialogar con todas las fuerzas políticas y sociales.
Desde antes de la asunción del mando, el presidente Moreno se mostró dispuesto a dialogar con todas las fuerzas políticas y sociales, que así lo desearen, y, ha acompañado esta oferta con actos que evidencian un afán conciliador con aquellos que han expresado su divergencia con el modelo político y estilo de gobernar anterior.
Esta postura ha marcado un notorio clima de distensión y ha abierto un espacio de gobernabilidad y confianza, necesarias para comenzar, con pie derecho, un mandato. El llamado a la empresa privada, motor de la economía, a participar en las mesas de diálogo, es un buen síntoma para propios y extraños.
No olvidemos que el país requiere, hoy más que nunca, de un entendimiento entre los sectores público y privado para echar las boyas que nos permitan flotar en medio del mar de deudas que mantiene el Estado, cifradas en más de cuarenta mil millones de dólares, y apuntalar la dolarización. Además, tenemos gravísimos problemas como la corrupción y la drogadicción.
Dialogar es sano. El pueblo lo ha tomado con agrado en un 70%. Esto no significa ceder posiciones, sino tratar de encontrar puntos medios de coincidencia. Lo que hay que hacer es, al margen de las ideologías, diseñar la ruta que más convenga al país. Y esto, ni debe, ni puede, hacerlo solo. Y si el estilo lo lleva por la vía del consenso, evitando actitudes hostiles y extremas, en buena hora para todos.