Opinión
Los camarones y las “camaronadas”
El camarón, ese molusco circular que lo devoramos con tantas ganas en los cebiches para el chuchaqui, en el arroz con camarones o en la “sopa marinera”, ha superado ya al banano como gran producto de exportación del Ecuador. Recordamos que, entre los productos no petroleros (desde que el “oro del diablo” nos convirtió en país digno de ser miembro de la OPEP) que pasaron a ser el “sueldo de la nación”, el inaugurador fue el cacao, también llamado “pepa de oro”, y la musácea que nos convirtió en la primera “banana república” del mundo.
Y es que ahora el camarón se ha impuesto en sus ventas en el extranjero sobre el también llamado “guineo”.
Esto nos hace recordar que el término “camarón” se ha venido utilizando no solo para referirnos al molusco, sino también a los “novatos” que por falta de pericia o conocimiento cometen lo que se califica como “una camaronada”. Sin olvidar la frase que señala que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. O que se llama también “camarón” al artículo o noticia de prensa que algún “periodiquero” introduce en un medio previo el pago que le dan por lo bajo, como si fuera un cliente de Odebrecht...
Además, solemos llamar “camarones” a los conductores de vehículos que recién comienzan a ponerse tras el volante o a los que, por falta de vocación, nunca llegan a ser buenos choferes y andan chocando o atropellando gente por calles y carreteras.
El mismo calificativo se le da a los malos futbolistas que no ayudan a meter la bola en el arco, o meten autogoles. Y suponemos que también merecen tal identidad los funcionarios que no por corruptos, sino por ineptos, le hacen daño al gobierno que los burocratiza...(FCV)