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Opinión
Los “inocentes” de una sonada “tocata y fuga”
La fuga rocambolesca de Fernando Alvarado ha dejado cerca de 4 decenas de burócratas cancelados por Lenín. Y eso porque el misterioso procedimiento que usó el hermano de Vinicio para quitarse el grillete electrónico, que debía estar monitoreado por un montón de servidores públicos, supone una complicidad rampante de toda una cadena de personas que “se hicieron los locos”, no se sabe si por engaño de terceros o porque sí estaban conscientes de lo que hacían o dejaban de hacer...
Esta fuga -¿hacia un país del Socialismo del siglo XXI?- debe ser examinado desde el comienzo. Y ello porque hace no mucho tiempo se denunció que la compra de cientos de grilletes a los mismos chinos de siempre, que también dejaron inconclusas algunas hidroeléctricas y escuelas del milenio, fue otro de los negociados que se denuncian a quienes gobernaron en la década pasada. Y no solo se habla de sobreprecios sino, también, de la mala calidad de esos artefactos para controlar a quienes están bajo vigilancia de la justicia, pero no enjaulados en un calabozo como Glas, acusado de haber usado la misteriosa identidad de “Vidrio”, cuando fue encargado de los sectores estratégicos.
Ahora, Fernando, siguiendo la cantaleta de todos los reclamados por la justicia, afirma ser un “perseguido político”. Y aunque el viejo tango argentino dice que “la cárcel a los hombres no hace mal”, Fernando prefiere seguir gozando de su libertad, aunque lejos de la querida patria que tanto disfrutó durante el correato... (FCV)