Muchachos...¡A estudiar!...

Pasaba por un lugar donde se venden libros y cuadernos en esta ciudad y me llamó la atención que dos papás registraban sus bolsillos, que no tenían nada, buscando los centavos necesarios para completar lo que faltaba de la lista de los útiles escolares de sus hijos.

Me impresionó el afán del regateo porque consideré que aunque ese día el almuerzo sería para ellos uno de los menos sustanciosos y sumamente sencillos, la satisfacción era que “el hijo o los hijos” irían a la escuela con todo lo que les han pedido; y así se podrían convertirse en buenos estudiantes.

A esto quiero referirme. El estudiante actual debe y puede devolver ese esfuerzo paterno y materno. ¿Cómo? Asimilando las enseñanzas positivas, porque ningún progenitor enseña negativismo a sus hijos. Obtener buenas notas a base del estudio y marginar las malas compañías, ¡es lo mejor! Y ese chico estará buscando un futuro promisorio, no solo para su orgullo en sí, sino como agradecimiento a sus padres.

Por eso, concluyo diciendo: ¡Muchachos a estudiar! y a seguir las buenas costumbres.

Antonio Flor, La Garzota