Exclusivo
Opinión
Editorial: Nuevos y atroces crímenes
Un muy lamentable suceso ocurrió recién, con un atroz crimen “por un error” en el cantón 24 de Mayo, Manabí, cuando un acreedor (identificado y capturado) interrumpió la ruta que seguía una motocicleta en la cual iba una pareja de esposos acompañados de su hijito de 11 años. La víctima, por una deuda de apenas 10 dólares, debió ser el adulto que manejaba el vehículo, pero quien perdió la vida con un disparo errado fue el menor.
Casi en forma cotidiana vienen ocurriendo tremendos atentados mortales, ejecutados también y sobre todo por delincuentes que actúan como asalariados, es decir en condición de sicarios que desde hace pocos años se han multiplicado en nuestro país.
Un aumento de “asesinos por paga” en el Ecuador se produce por el crecimiento de la actividad narcodelictiva que, de cierta manera, importamos de Colombia, donde funcionaban y siguen habiendo, como en México, feroces cárteles de la droga, cuyos capos ordenan ajustar cuentas con quienes rivalizan con ellos o se niegan a pagar deudas pendientes. Usando automóviles sin placas o rápidas motocicletas, los sicarios -que deben ser castigados con todo el rigor de la ley- cometen sus fechorías a cualquier hora del día.