Muy aparte de la pandemia de COVID y la emergencia sanitaria que esta ha generado, la terrible situación hospitalaria para los guayaquileños no es nada nuevo. Y es que persiste en los hospitales que forman parte del sistema de salud pública del país una gran crisis, situación que ha existido incluso desde antes de la pandemia.

La carencia de medicamentos y de insumos tan básicos como pañales, protectores de colchones o vendas, pone en evidencia la triste realidad de estos centros, destinados a familias de escasos recursos que acuden a ellos para tratar de salvar a sus seres queridos.

El Hospital de Guayaquil es un claro ejemplo de precariedad. Incluso el mismo personal de esta casa de salud se queja de su mala suerte, ya que a veces ni siquiera reciben guantes estériles para su protección. La falta de reactivos y hasta de equipos médicos impide la realización de cirugías, exponiendo de esta manera a los pacientes a infecciones dentro de las instalaciones.

La escasez de insumos genera gastos fuertes en los familiares de pacientes, desembolsos que muchas veces no pueden cubrir. El Gobierno tiene una tarea complicada con el sistema de salud pública, más aún por el problema de presupuesto, pero también para erradicar la corrupción, la principal ‘enfermedad’ que ha llevado a la agonía a los hospitales del país. Una triste y dolorosa realidad.