Congestión vial en feriado
No hay plan. No hay previsión. No hay esperanza de que ocurra un relajado retorno de los turistas, especialmente de las playas y otros sitios de la serranía ecuatoriana donde están disfrutando del feriado de carnaval, el de mayor movilización del año en el país.
Por la relajación de las medidas de seguridad por la COVID-19 salieron muchos más turistas que en los asuetos pasados, pero por lo mismo debería haber más controles y más atenciones en las vías y en los tramos de ingreso a ciudades más grandes como Quito y Guayaquil. Pero la realidad es otra.
Fueron miles los vehículos que salieron entre el viernes y el sábado, incluso ayer, con turistas ávidos de distracción en el primer feriado del año de cuatro días, pero la vuelta a casa está transformándose en cansancio y desesperación en las carreteras, porque en el caso de Guayaquil, la vuelta de Playas y de la Península de Santa Elena se convierte en un viaje de cuatro a cinco horas en vez de una o dos.
Los accesos a las ciudades resultan estrechos ante la alta circulación vehicular, que enfrenta atascos desde varios kilómetros antes de llegar a los peajes. Los dos carriles de vuelta son insuficientes, de allí la necesidad de que, aunque sea en la tarde de los últimos dos días de feriado, esta arteria se vuelva unidireccional. Está en las autoridades rectoras del sistema vial, entre ellas la Agencia Nacional de Tránsito y la Comisión de Tránsito del Ecuador, el atender las necesidades de circulación de los ecuatorianos. La prueba de fuego será hoy.