Indignación ha causado en Guayaquil varias denuncias de que en la noche, algunas cuadras de la calle más emblemática, el bulevar 9 de Octubre, se convierte, especialmente en los portales cercanos a la intersección con la calle Lorenzo de Garaycoa, frente al parque Centenario, en ‘dormitorios’ callejeros como no se había visto antes, cuando había un patrullaje permanente que impedía este espectáculo en pleno casco central de la urbe.

Un periodista entrevistó a uno de los ‘ocupantes nocturnos’, un joven extranjero que confesó que tenía que hacer tal invasión diaria debido a la falta de ingresos porque no encuentra trabajo, y reconoció también la ausencia de servicios higiénicos en las calles, sobre todo en las noches, cuando la temperatura en esta temporada del año desciende hasta los 18 grados centígrados.

Esta pésima imagen pública no puede continuar con la peregrina excusa de que no encuentran un trabajo para pagar un lugar donde vivir.

Y no se trata de adultos mayores, sino de jóvenes que, en algunos casos, no llevan una vida digna. A otros no les queda más que seguir pernoctando en las aceras. Cada uno tiene una historia diferente, pero el problema es el mismo.

Hasta ahora la respuesta de las autoridades de la ciudad ha sido nula.