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Opinión
Editorial: El centro, al borde del colapso
El centro de Guayaquil se deteriora ante la inacción de las autoridades: inseguridad, abandono y falta de orden amenazan su valor simbólico
Es lamentable ver cómo el casco central de Guayaquil ha perdido, con el paso de los años, su encanto, el orden, el dinamismo del comercio formal y, sobre todo, la seguridad para locales, nacionales y extranjeros. Todo esto ha ocurrido ante las ‘narices’ de las autoridades, que poco o nada han hecho para frenar la descomposición del corazón del Puerto Principal.
El ataque criminal ocurrido el pasado fin de semana en los exteriores de un alojamiento, así como los nauseabundos olores bajo un paso a desnivel que conecta el centro-sur con las cercanías de la Bahía, son apenas una muestra del abandono al que ha sido sometido el casco central. Y no, no se trata de romantizar la vejez del centro porteño para justificar su descuido. Esa visión solo sirve para esconder la dejadez con la que se lo ha tratado, mostrando a los extranjeros un rostro sucio, inseguro y deslucido.
La intervención del centro no puede esperar más. Se requieren controles firmes, inversión sostenida y verdadera voluntad política para acelerar su reactivación. No bastan dos o tres calles peatonales los fines de semana: hace falta un proyecto serio, integral, que devuelva al centro de Guayaquil su vitalidad, su belleza y su valor simbólico como epicentro urbano de una ciudad que merece brillar.