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Opinión
Editorial: Lo que esconden las aulas de clases
Son precisamente estas aulas donde se esconden abusos de todo tipo contra menores de edad, que muchas veces no se denuncian por miedo
Lo que esconden las aulas de clases en algunos centros educativos del país es espantoso y debe llamar a una profunda reflexión, no solo a los padres de familia, sino también a docentes, autoridades y a todos quienes están involucrados en los procesos de aprendizaje y convivencia entre alumnos.
Los índices de violencia física, psicológica, sexual, ciberacoso y discriminación racial en el entorno escolar, con terribles efectos como depresión, deserción y problemas de socialización, hallados tras un diagnóstico realizado en 28 cantones del país, asustan y siembran dudas sobre si las escuelas, donde los padres depositan su confianza al dejar a sus hijos, son realmente espacios seguros. Pero la realidad es otra. Son precisamente estas aulas donde se esconden abusos de todo tipo contra menores de edad, que muchas veces no se denuncian por miedo.
Existe un plan nacional creado por el Gobierno para erradicar la violencia. Dicho plan promueve la prevención, detección, atención y reparación de estos casos, mediante la capacitación de docentes y autoridades, y la aplicación de protocolos. Sin embargo, esta responsabilidad no recae únicamente en las instituciones. Es en el hogar donde debe cimentarse la confianza entre padres e hijos para que no callen ante los abusos. Y también desde casa hay que fomentar el respeto, la empatía y la tolerancia hacia los demás.