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Opinión
Editorial: Mucho gasto y poco uso
La Aerovía es un recurso que está ahí, medio botado, y que bien podría aprovecharse mejor
Se lo pensó como un salvavidas para el tráfico en Guayaquil, pero terminó siendo como ese mueble caro que nadie usa en la casa: bonito, moderno, pero ahí está, cogiendo polvo. Desde que anunciaron la Aerovía, muchos no le veían futuro, y con el tiempo quedó claro que no supieron cómo sacarle provecho. Hoy, más que un medio de transporte útil para la gente, parece un paseo turístico ocasional que no compensa todo lo que costó levantarla.
Encima, la parte que cruza sobre el río Guayas está empeorando el problema de sedimentación, algo que ya venimos arrastrando y que cada vez da más dolores de cabeza. Es decir, no solo no ayuda, sino que también complica otras cosas.
La Aerovía es un recurso que está ahí, medio botado, y que bien podría aprovecharse mejor. ¿Qué tal si se organizan paseos escolares para que los niños y jóvenes vean su ciudad desde otra perspectiva? ¿O si se arregla la zona de Durán a la que llega la cabina, para que la gente pueda bajarse a comer algo rico y conocer más? Claro, todo con seguridad, porque de nada sirve llegar a un lugar si da miedo bajarse.
Con voluntad y buena gestión, se puede hacer algo útil con lo que ya está construido. Solo hace falta que se pongan pilas.