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Opinión

Editorial: Madurez cívica y política

La consulta popular, como todo proceso de preguntar al pueblo, debe ser tomada, tanto por quien la convoca como por quienes son los consultados, con absoluta responsabilidad. Eso de que hay que ir a sufragar solo por el ‘papelito de votación’ debe desaparecer de la mentalidad de los ecuatorianos. Por más intrascendentes o trascendentes que puedan ser las preguntas, hay que cumplir y hacerlo de manera informada y responsable.

Más allá de que se simpatice o no con las decisiones del presidente. Una consulta no se trata de valorar los afectos o desafectos hacia el Ejecutivo. Se trata del futuro como sociedad. De decidir sobre aspectos que afectan a los ciudadanos, y de mostrar la madurez política y cívica al participar directamente en la toma de decisiones. Esta consulta -aunque dejó de lado varios temas importantes como reformas al sistema de judicial, por ejemplo- puede ser el punto de partida de una serie de cambios necesarios para mejorar la seguridad, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos.

Seguramente vendrán muchos otros llamados a las urnas con los gobiernos venideros, que deben ser tomados como oportunidades para demostrar la madurez de una sociedad que no se deja llevar por cantos de sirena ideológicos. Que piensa en su bienestar, el de su familia y de su comunidad.