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Opinión

Editorial: Maquillaje que no cura enfermos

La vida de miles de ecuatorianos depende de un sistema honesto, funcional y con respuestas reales, no de un show para las cámaras

Tarde como siempre. El Gobierno parece enterarse mucho después (o no querer ver) la alarmante emergencia en el sistema de salud pública. Un sistema con hospitales en ruinas, sin medicinas ni insumos, con pacientes tratados de forma inhumana y bajo un modelo de atención que no da resultados, sumiendo a los usuarios en un caos constante.

Tarde también llega la reacción del Ministerio de Salud para intervenir casas de salud donde hay denuncias de falta de fármacos e incluso de muertes de neonatos, ya sea por negligencia médica o por bacterias. ¿Dónde está el trabajo y la comunicación con las coordinaciones zonales?

Pareciera que las máximas autoridades no se han enterado (o no quieren hacerlo) y, en lugar de enfrentar la crisis, salen a defender lo indefendible. Todo, mientras antes de sus recorridos para ‘constatar’ que todo funciona de maravilla, se aplica una rápida ‘mano de gato’ a las áreas: equipos médicos que llevaban semanas dañados se encienden de repente y bodegas que estaban vacías amanecen, como por arte de magia, repletas de medicinas.

La salud pública no puede seguir maquillándose para la foto oficial. La vida de miles de ecuatorianos depende de un sistema honesto, funcional y con respuestas reales, no de un show para las cámaras.