Exclusivo
Opinión
Editorial: ¡Quiteños quieren agua, no promesas!
Los quiteños no quieren ruedas de prensa ni confrontaciones: quieren agua. Y la quieren ya
Mientras el alcalde Pabel Muñoz y el Gobierno se lanzan críticas por la crisis del agua en el sur de Quito, miles de ciudadanos han retrocedido en el tiempo. Tal cual. Familias enteras caminan con baldes y botellas hasta los ojos de agua en quebradas, parques o montes, como si estuviéramos en la época colonial. Ya no se trata de quién tuvo la culpa ni de qué institución reaccionó mejor. Lo urgente, y lo único que realmente le importa al quiteño de a pie, es tener agua para beber, cocinar, bañarse o simplemente no enfermarse.
Los tanqueros no abastecen, las plantas móviles apenas cubren una mínima parte de la demanda, y los turnos para llenar un balde pueden tomar horas. Por eso, muchos prefieren buscar manantiales naturales, aunque eso signifique lavar la ropa a la intemperie o cuidar que ningún ‘sabido’ llegue con un tanquero, se lleve el agua y la revenda en otro barrio. En medio del caos, las comunidades han demostrado organización, alerta y solidaridad. Pero también cansancio, hartazgo y una indignación legítima que ningún discurso político puede contener.
El alcalde ha dicho que este fin de semana se solucionará el problema. Ojalá se cumpla. Porque lo único más seco que las llaves del sur es la paciencia de la gente. Los quiteños no quieren ruedas de prensa ni confrontaciones: quieren agua. Y la quieren ya.