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Opinión

Editorial: El reto de una movilidad más justa

Los usuarios deben comprometerse a cuidar la infraestructura; y las autoridades, a garantizar el mantenimiento de unidades

Una de las obras más esperadas por los habitantes del suburbio de Guayaquil ya está en marcha: la troncal 4 de la Metrovía. Esta nueva ruta promete transformar la movilidad desde ese populoso sector hasta el centro de la ciudad, tras más de cuatro años de retraso. Finalmente, este proyecto toma forma como parte de una apuesta por un transporte público más eficiente, sostenible y justo para quienes más lo necesitan.

La puesta en funcionamiento de esta troncal no solo es un avance técnico. Representa un cambio en la rutina de miles de ciudadanos que antes debían tomar una, dos y hasta tres unidades para llegar a sus destinos. Ahora podrán ahorrar tiempo y contar con una opción de transporte más segura y directa.

Además de promover un modelo de transporte moderno e inclusivo, esta obra apunta a mejorar la calidad de vida en sectores populares, que históricamente han tenido menos acceso a servicios eficientes de movilidad.

Eso sí, el éxito de este proyecto dependerá también de la corresponsabilidad. Los usuarios deben comprometerse a cuidar la infraestructura; y las autoridades, a garantizar el mantenimiento de unidades, paradas, señalética y buena información para facilitar las conexiones con otras rutas.

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