Si no es por las extorsiones o las llamadas ‘vacunas’, es por el estado de excepción. Lo cierto es que después de más de 60 días, centros de diversión nocturna, artistas (desde los reconocidos hasta aquellos que cantan en peñas o los llamados lagarteros), restaurantes, negocios de bebidas, taxistas y hasta comerciantes informales o cuidadores de carros se han visto ‘ahorcados’ en sus economías por la falta de actividad ni bien dan las 12 de la noche.

La medida, que obedece a las acciones de seguridad enmarcadas en el estado de excepción, pretendían frenar en algo la ola delictiva que azotaba al país. Con los militares en las calles todo cambió y hubo cierta paz. Entonces representantes de los centros de diversión nocturna pidieron que se les permita trabajar un par de horas más al menos, pero se lo negaron. Había que seguir un plan.

Sin embargo, una vez terminado el estado de excepción y renovado este 30 días más, las cifras y noticias de muertes violentas han vuelto a asustar al país. Pero lo que llama la atención es que muchas de estas no tienen nada que ver con las actividades nocturnas, pues la mayoría son muertes seleccionadas o que responden a la guerra entre las bandas. Bajo esa premisa, se pregunta, ¿vale seguir con ese toque de queda hasta las 12 de la noche? ¿No creen que ya es hora de reactivar otras economías que también generan empleo?