Opinión
Amnesia cívica con los marcistas
La amnesia histórica y sobre todo cívica es uno de los pecados capitales de los pueblos que se entregan a la modernidad olvidando su glorioso pasado. Y los ecuatorianos también padecemos de ese mal congénito.
La amnesia histórica y sobre todo cívica es uno de los pecados capitales de los pueblos que se entregan a la modernidad olvidando su glorioso pasado. Y los ecuatorianos también padecemos de ese mal congénito. Las hazañas de nuestros héroes quedan atrás y son borradas por el traicionero olvido.
Este párrafo inicial tiene que ver con la ninguna recordación que recién ocurrió nada menos que con el 6 de Marzo de 1845, que cumplió 172 años.
Fue una gesta de gran importancia y gracias a la capacidad de líder de José Joaquín de Olmedo (posiblemente la figura histórica más valiosa del país junto a Eloy Alfaro) se logró acabar con el militarismo extranjero que se había apropiado del país (a pesar de las severas ‘purgas’ que aplicó Vicente Rocafuerte durante su período presidencial de cuatro años, con el mandato del venezolano Juan José Flores, quien fue nada menos que el primer mandatario que tuvo la república que se separó de la Gran Colombia el 13 de mayo de 1830.
Olmedo, el mejor poeta neoclásico de su tiempo, el prócer del 9 de Octubre que inició la independencia nacional que culminó en 1822 en el Pichincha, nos dio al fin una nación realmente independiente con la derrota de las fuerzas floreanas.
Pero esa no es la única fecha olvidada, porque el 5 de junio de 1895, con el triunfo de la Revolución Liberal, cumplida también en Guayaquil, ahora solo es recordado por pocos nostálgicos liberatos... (FCV)