Lluvia de balas

Hoy en día para la prensa ecuatoriana es muy difícil no tocar temas de violencia. Y es que parece que el 2022 se ha ensañado con todo un país, que lo único que quiere es recuperar la libertad de andar por las calles sin miedo a balas perdidas, poder comer con la familia en huecas o restaurantes, o hacer un poco de deporte con los ‘panas’ en los parques cerca de casa. Esta vez se tiñó de sangre el Guasmo, al sur de Guayaquil. Varios sujetos llegaron armados ‘hasta los dientes’, amedrentaron a los cuidadores de unas canchas y armaron ‘reverenda’ plomiza, dejando varios muertos y heridos tendidos en el suelo. Y después de que corre sangre es que aparecen los organismos de control y anuncian operativos para encontrar a los responsables de una guerra cuyas bandas ya están identificadas.

Los guayaquileños ya no saben cómo cuidarse. En barrios se organizan para poner cercos de seguridad, rejas o cualquier cosa que los proteja en algo de tanto peligro, sin importar que esto está prohibido y va en contra de las ordenanzas municipales; pero es que al momento de la balacera o algún asalto no existen policías municipales ni nacionales que cuiden sus espaldas.

Si en el Puerto Principal ya están identificadas las zonas conflictivas, ¿por qué no llenamos estos barrios vulnerables con agentes del orden? No uno, ni dos, ni tres días, sino el tiempo que sea necesario hasta cortar de raíz toda esa mala hierba que no deja vivir. Quienes hacemos DIARIO EXTRA alzamos nuestra voz de protesta contra la violencia en nuestro país, esperando recuperar pronto nuestro Ecuador de paz.