Primero lo primero

Cierta vez, un político, en campaña presidencial, ofreció pan, techo y empleo para el pueblo ecuatoriano, lo necesario para vivir y la mejor decisión al momento de invertir los recursos del Estado. Y es que al momento de destinar billete en pro de la ciudadanía, ya sea por parte del gobierno central o gobiernos seccionales, toca analizar las necesidades y prioridades de la misma para no caer en críticas por obras innecesarias o de segundo orden cuando las carencias son evidentes.

La idea de piscinas municipales no es mala, porque la gente ante tanto problema y necesidad también necesita lugares de diversión y esparcimiento, pero como a veces nada calza, las críticas van y vienen, porque estamos en el país del “palo porque boga y palo porque no boga”. Pero ahora que vivimos en un estado de inseguridad como nunca antes visto, el pueblo clama por tranquilidad, más allá de lugares donde se pueda pasar un buen rato y dejar los problemas atrás por unas horas y la cruda realidad nos dice a gritos que la prioridad ahora es estar seguros, porque de nada sirve tener piscinas con olas o ruedas moscovitas si al visitar estos sitios corremos el riesgo de que nos roben o nos maten.

Hay que darle prioridad a lo importante, mientras la violencia nos respire en la nuca o las calles de Guayaquil parezcan cráteres de los huecos que tienen producto del invierno no se debería invertir millonarias sumas de dinero para un lugar de recreación.