Creemos que hay una sola raza que es la “humana”. Las demás son etnias o nacionalidades. Los únicos que pueden revolucionar son quienes logran desarrollar su espíritu humanista, defendiendo los derechos humanos, promoviendo el cambio social, apoyando a todos, haciendo el bien sin mirar a quién.
Dicho de otro modo, procurando ser cada día mejores. Al proclamar la corriente humanista estamos descartando la existencia de la izquierda y la derecha, términos anacrónicos, que vienen de la época monárquica, es decir que ya están fuera de contexto, obsoletos.
La Revolución Humanista proclama el progreso, la honestidad, la dignidad, la justicia, la democracia, la salubridad, el trabajo y todos los derechos que como humanos merecemos.
En contraparte, se opone a los sistemas dictatoriales, belicistas dogmatistas, populistas y todo lo que perjudica a la comunidad.
Si a través de la historia ha ocurrido parcial o totalmente un cambio social importante es porque se han regulado con principios humanistas. Solo los humanos que somos sujetos pensantes podemos revolucionar, transformar, cambiar la realidad objetiva y subjetiva, participando en el proceso de pensar para lograr elaborar el desarrollo del pensamiento.
Acojamos lo positivo del capitalismo y socialismo, descartando lo negativo de ellos. La revolución humanista debe recoger todo lo bueno y rechazar todo lo malo en general. Se debe promover un modo de producción mixto o bipolar, en donde todos tengamos iguales derechos y deberes, firmando un contrato social para lograr que nuestro país sea democrático y soberano y así conseguir que la ansiada aspiración de libertad se haga realidad.