Opinión
Sin ‘la teta’ no hay paraísos
En medio del ‘cacareo’ del fraude, sin denuncias ni pruebas en firme ante el CNE, los ecuatorianos hemos dejado pasar por alto algo inédito, que quizá hará historia y revolucionará el país porque desarticula la simbiosis entre el poder económico y el p
En medio del ‘cacareo’ del fraude, sin denuncias ni pruebas en firme ante el CNE, los ecuatorianos hemos dejado pasar por alto algo inédito, que quizá hará historia y revolucionará el país porque desarticula la simbiosis entre el poder económico y el poder político, y crearía otro modelo económico-social.
Acabamos de prohibir por referéndum que los políticos y burócratas en el poder tengan dineros y capitales en los paraísos fiscales.
Expertos señalan que quienes buscan estos lugares son en gran medida para delinquir, perjudicando seriamente a los países más pobres, porque son las élites adineradas las que evaden impuestos; y los que menos tenemos sostenemos la salud, la educación, la seguridad, etc., vitales para el desarrollo.
Organismos y 300 economistas internacionales han apoyado y destacado este ‘sí’ ecuatoriano porque estas guaridas fiscales son una vergüenza en pleno siglo XXI y son rezago de un capitalismo antiguo. El ministro del Interior ha calificado como ‘ironía’ y hasta doble moral que Estados Unidos, que posee varios paraísos en su territorio y hasta protege a ‘blanqueadores’ de dineros mal habidos, nos señale como “altamente vulnerables al lavado de dinero”.
Al quitarles ‘la teta’ a los servidores públicos estos lugares perderían efectividad como guaridas donde esconder ‘botines’ cual piratas, y, como se dice por ahí: hasta las almas de los evasores, cuando mueran, ya no irían necesariamente a un paraíso fiscal.