Tanto el vicepresidente Glas como otros 12 encausados ya fueron llamados a comparecer en el proceso de Odebrecht, además de cien testigos, una gran cantidad de grabaciones, documentos, vídeos, haciendo del trámite una larga cadena de cuestionamientos que lo podrían convertir en un drama de enormes proporciones y con un plazo de pocos meses para su conclusión, en el cual si no se pronuncia sentencia, se podría declarar la prescripción de la acción.

En conocimiento de este penoso asunto una cambiante de nueva mayoría de la Asamblea Nacional se debería empeñar en el juicio político que, por otra parte, tiene una serie de trabas y de procedimientos que ojalá no tarden mucho en efectuar.

La tramitación del proceso, tan lleno de incidentes y de análisis de pruebas podría terminar por declarar la prescripción de la acción y, por tanto, que se celebre la impunidad de los acusados y, especialmente, de aquel que por haber llegado a la asociación ilícita desde el segundo más alto cargo de la república, debería ser el principal sentenciado.

Y los otros peces menores también se beneficiarían de la prescripción. Es decir que todo el trabajo del Fiscal y jueces se podría convertir en una burla. ¡Esperemos que no!