Todos tenemos derecho a la felicidad

La felicidad más que un deber es un derecho universal.

Debemos buscar quién nos acompañe y suscribirnos al principio de que la felicidad no cuesta nada y que se constituye en el más ideal proyecto de vida. Es un requerimiento básico que consta hacer feliz a los demás, mucho más cuando tienes una familia que te apoya, un trabajo honorable y sinceros amigos que te aprecian.

Es necesario conjugar verbos oportunos en todas sus formas, que te permitan sentirte un ser humano positivo como por ejemplo amar, cantar, reír, bailar, disfrutar, unificar, ganar, impulsar, aceptar, promover, trabajar, impulsar, todo lo que es correcto.

Asimismo existen valores, principios, honores y reglas que debemos aceptar porque son formas de vida que exige toda sociedad como son la paz, justicia, patriotismo, honestidad, libertad, seguridad, educación, dignidad, entre otras.

Igualmente se deben promover las buenas costumbres, de manera especial las que están relacionadas con urbanidad.

Nada nos cuesta decir: buenos días, buenas tardes, buenas noches, gracias, por favor, con su permiso.

Lo que nosotros demostremos construirá nuestra imagen y nos permitirá demostrar que hemos sido educados en el hogar y en los establecimientos educativos por personas correctas y justas.

Se puede considerar que si cumplimos esta forma de vida, lograremos la felicidad que todos aspiramos a tener.

Respetemos a los demás. ¡Y que ellos también nos respeten!