Una bella adicción: ¡Leer!

El hombre y la mujer nacieron para crecer, madurar, culturizarse. El hombre todo lo aprende: aprende a levantarse y a caerse. Se aprende a hablar y a escribir. Se aprende a amar y a querer, a volar, a aterrizar, a soñar e imaginar. Todo pasa por la mente.

Quienes crecimos y nos amamantamos en los libros encontramos la mayor fuente de sabiduría y satisfacción. Hoy no puedo vivir sin leer y esto ha sido fuente de enorme satisfacción porque he aprendido de los grandes maestros que el hombre es un espíritu metido en un cuerpo, un polvo cósmico que tarde o temprano se reincorporará a su naturaleza.

Y es la inteligencia la que nos hace entender que lo infinito es el alma inmortal, que es la que nos hace amar y nos incita a la cultura, al arte y a la poesía.

Leer es trasladarse a los grandes escritores e interpretar sus dolencias y sus creencias desde el Rigveda escrito en sánscrito, el texto más antiguo de la India donde ya se identifica a Dios en todas las cosas. Luego vendrán la Biblia, el Corán, el Gita, etc., libros en los que se han inspirado los grandes maestros; escritores que nos han dado tanto de sus vidas, de sus experiencias, de sus anécdotas, de sus creencias. Buda, nuestro Señor Jesucristo, Lao-Tse, Martín Luther King, Confucio, Patanjali, Cicerón, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Goethe, Shakespeare, etc.