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Narcotráfico y extorsión arrasan con la pesca artesanal en Puerto Bolívar
Bandas criminales obligan a pescadores a pagar ‘vacunas’ de hasta 300 dólares y usar sus embarcaciones para traficar drogas hacia Europa.
No hay paz en el puerto. En pleno barrio 4 de Abril de Puerto Bolívar, Machala, los familiares de Edward José Valiente Góngora lloraron su muerte. A las 12:30 del 4 de julio, la madre y los amigos del joven, de 26 años, lo velaron en medio de una de las principales calles.
Edward fue baleado en altamar, cerca de la frontera con Perú, mientras pescaba junto a otros hombres. Uno de los disparos le atravesó el ojo. “Fue un robo”, asegura su abuelo, quien a través de Mongabay Latam denuncia la guerra que azota esta zona, la cual se ha convertido en campo de batalla para bandas narcotraficantes.
Un mar de extorsiones y violencia
Desde hace más de cinco años, los pescadores de Puerto Bolívar viven bajo la amenaza constante del crimen organizado. Las extorsiones, conocidas como ‘vacunas’, son un impuesto que deben pagar para poder faenar. Algunas familias desembolsan hasta 300 dólares mensuales para evitar que les roben los motores de sus lanchas o que los maten en pleno mar.
El 70 % de los 3.000 pescadores de la zona cumplen con las extorsiones, asegura un dirigente pesquero (quien prefirió el anonimato), mientras que los más asfixiados por las amenazas se ven obligados a aceptar encargos ilegales, como transportar droga en sus embarcaciones.
Esta guerra, que ha sumido a la pesca artesanal en el caos, está directamente ligada al narcotráfico. Las bandas que operan en la zona, luchando por el control del puerto y sus rutas hacia el mar, han dejado tras de sí una estela de sangre y violencia.
Muertes a sangre fría y explosiones
Este conflicto ha generado una cadena de muertes violentas, incluyendo sicariatos, asaltos armados y atentados con explosivos. El 18 de agosto de 2024, una explosión destruyó un muelle en el barrio Amazonas 1, una zona clave para el narcotráfico. La población prefiere callar, porque, como dicen los pescadores, “una palabra de más puede costar la vida”.
El coronel William Calle, jefe policial de la Zona 7, asegura que “la pelea es por el puerto”. Y explica que en El Oro, 580 muertes violentas fueron reportadas solo en 2024, contrastando con las 18 muertes en Loja y 15 en Zamora Chinchipe (las otras dos provincias que conforman la Zona 7). Desde 2014, El Oro ha acumulado 2.094 homicidios, con 32 pescadores asesinados.
Las muertes de pescadores en la zona también han aumentado considerablemente. En 2014 se registraron solo 5 muertes de pescadores en todo Ecuador, pero para 2024 esa cifra ya había llegado a 45 muertes.
La guerra por el puerto y el narcotráfico
El ambiente de guerra en la costa de Machala se debe a la lucha por controlar Puerto Bolívar, uno de los principales puertos de salida para la droga en Ecuador. En la zona operan bandas narcotraficantes vinculadas a carteles como el Jalisco Nueva Generación y el Sinaloa, según informes de seguridad de Ecuador y EE. UU.
Antonio Di Leo, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), afirma que Ecuador es uno de los países con más incautaciones de estupefacientes a nivel mundial. De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, 200 toneladas de droga se decomisan anualmente, con un pico de 300 toneladas en 2024.
Las bodegas, camaroneras, haciendas e islas en la zona son utilizadas por las bandas para almacenar estupefacientes. En mayo de 2024, la policía encontró más de 1.132 paquetes de cocaína enterrados en Bajo Alto, un hallazgo que deja claro el grado de control del narcotráfico en la zona.
Narcotraficantes y piratas
Los narcotraficantes no solo roban motores, sino que también se apoderan de embarcaciones pesqueras para transportar droga a mar abierto.
Según un agente antinarcóticos, estos grupos están usando islas deshabitadas para almacenar armas y motores robados. Las rutas de la droga llegan hasta Galápagos, donde se realiza la ‘contaminación’ de grandes buques que van a Europa.
Las ‘vacunas’ han sido el motor de esta violencia creciente. En El Oro, la extorsión se maneja de dos formas: “págame 100 dólares o te mato”, o “te protejo de otros grupos criminales, pero tienes que pagarme”.
Renato Rivera, especialista en crimen organizado, explica que las bandas de extorsionadores nacieron hace tres años como grupos de protección, cobrando 30 dólares por faena. Con el tiempo, aumentaron la tarifa y, ante la negativa, surgió la violencia.
Atrapados en la guerra
Muchos pescadores no tienen más opción que ceder ante las amenazas. Algunos se ven obligados a vender sus embarcaciones y abandonar el oficio.
Otros se unen a las bandas y transportan estupefacientes o combustible para ellas. “Tienes que ceder. Si no, también te matan”, admite un dirigente pesquero.
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