En medio de calles de tierra, vegetación abundante y viviendas construidas en su mayoría con caña o materiales precarios, una casa sobresalía en el sector Monterrey, cantón Montecristi, provincia de Manabí.

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Era una vivienda de tres pisos, amplia, con todas las comodidades, servicios básicos e infraestructura moderna. Esa residencia, que desentonaba con el entorno rural y tranquilo de la zona, resultó ser el escondite de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el líder prófugo de la organización criminal Los Choneros.

Las imágenes de la vivienda ya circulan en redes sociales, dejando en evidencia el contraste entre esta construcción y las demás casas del sector.

Una zona humilde y tranquila

Mientras Monterrey se caracteriza por su humildad, calles sin asfaltar y una vida comunitaria alejada de los focos de violencia, la residencia donde fue capturado Fito destacaba no solo por su tamaño y estructura, sino también por su aparente seguridad y ubicación estratégica.

La captura de alias Fito desató un impresionante despliegue militar en Monterrey, que continúa hasta la noche .

Tanquetas, vehículos blindados, tropas fuertemente armadas y unidades especiales de la Policía Nacional permanecen dentro y en los alrededores de la casa, la cual es ahora epicentro de la operación.

El sector ha sido declarado zona restringida, y para poder ingresar, los residentes deben identificarse y demostrar que viven allí.

Personal especializado realiza un barrido minucioso del área en busca de más indicios. Los vecinos, sorprendidos y temerosos, observan con reserva el inusual movimiento. En un lugar donde rara vez ocurren hechos violentos o intervenciones de este tipo, la operación ha cambiado por completo la rutina y el rostro del barrio. La casa que sobresalía entre la humildad de Monterrey resultó ser el refugio del hombre más buscado del país.

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