El 12 de enero de 2025 quedó grabado como una fecha de dolor e incertidumbre para Silvana Cedeño, conocida en TikTok y otras redes sociales como Chanel, además de madre de Dayanara Delgado, quien está desaparecida.

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Han pasado seis meses desde aquella tarde en que Dayanara salió con cinco amigos hacia la playa de San Mateo, en Manta, provincia de Manabí, y desde entonces, no se volvió a saber de ella. Las primeras indagaciones arrojaron que al grupo lo habrían abordado unos hombres armados.

Los acompañantes de Dayanara aparecieron días después. Uno en el cantón General Villamil (Playas), otro en el Guasmo Sur de Guayaquil y otro en la terminal terrestre de Santa Elena, pero la joven no ‘asoma’.

En el transcurso de la investigación, las autoridades detectaron contradicciones e inconsistencias en los testimonios de los jóvenes, por lo que la Fiscalía pidió la detención con fines investigativos de Roberth Ariel Delgado Bermello, Jeremy Alejandro Majano Cedeño y otro, a quienes enviaron a prisión el 16 de marzo, por la supuesta desaparición involuntaria.

Publicaciones de súplicas

Silvana Cedeño ha transformado las redes sociales en un espacio de desahogo, donde expresa el vacío que ha dejado su hija. Son su muro de lamentos, nostalgia y súplica. A través de sus publicaciones, ella trata de mantener viva la memoria de su hija y presionar a las autoridades para que ayuden a ubicarla.

“Mi chulita de mami, seis benditos meses que no se sabe nada de ti. Tú no tienes idea cuánto te extraño. Aquí sigo aferrada esperando tu regreso”, escribió recientemente.

En otro mensaje expresó: “2025, cómo me sigues doliendo. Esa fecha, 12 de enero, me cambió la vida. No tengo paz, tranquilidad ni felicidad. No soy la misma mujer que era. Me siento vacía porque me falta mi otra mitad”.

“¿Dónde te dejaron, con quién te dejaron, qué te hicieron? ¿Por qué no dicen la verdad?”, es parte de otro mensaje en el que se palpa el sufrimiento de la mujer al no conocer el paradero de su hija.

Un recuerdo imborrable

En un acto de amor eterno, Silvana decidió tatuarse los ojos de su hija en el brazo derecho, como una manera de mantenerla presente y de reafirmar el lazo inquebrantable que el tiempo y la ausencia no han podido borrar.

El tatuaje es, para ella, una manifestación visible del amor materno que la impulsa a seguir luchando por saber la verdad.

Mientras la justicia no llega, Silvana continúa aferrada a los recuerdos y a la esperanza, utilizando cada palabra y cada publicación para recordarle al mundo que Dayanara sigue desaparecida, y que ella no dejará de buscarla.

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