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En El Verdún, la tierra se está partiendo y varias casas han colapsado.ALEJANDRO GILER

Desastre en Tosagua: Amenaza latente de El Verdún desplaza a varias familias

Un devastador deslizamiento de tierra tiene a la comunidad entre ruinas e incertidumbre

En El Verdún, comunidad rural del cantón Tosagua, provincia de Manabí, que está enclavada entre cerros y sembríos, el suelo se ha abierto como una herida profunda, dejando a decenas de familias atrapadas entre lodo, desesperanza y escombros de casas.

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“Yo siempre he vivido aquí y ver mi casa destruida me destroza el alma, tanto luchar para que de un momento a otro todo se venga abajo, ayúdennos por favor”, clama entre lágrimas Dioselina Chávez, adulta mayor que no encuentra palabras para describir el dolor al verse en ruinas.

La tragedia le llegó el lunes 14 de abril de 2025. Mientras preparaba el almuerzo, Dioselina sintió un crujido ensordecedor.  “Era un sonido muy fuerte, cuando me asomé en el patio vi cómo la tierra se partía y ya no había casi donde poner los pies… me vine donde una nuera y las casas empezaron a caer y virarse”, relata.

Una comunidad entre ruinas

El cerro El Verdún, que por décadas fue espacio para sembríos y cultivos, hoy se ha convertido en amenaza latente. El deslizamiento de tierra arrasó al menos 14 hectáreas, según reportes de la Coordinación Zonal de Gestión de Riesgos. Once viviendas han quedado destruidas y unas 80 familias más viven con el temor de perder todo.

Barbarita Hidalgo no ha dormido desde aquel día. “Ese lunes 14 de abril no se olvidará fácilmente. La tierra se empezó a abrir y las casas de mis vecinas y luego la mía empezaron a caer como un castillo de naipes. Esto sigue abriéndose y cediendo, por eso toca irnos, aunque nos duela”, lamenta mientras retira algunos enseres entre restos de lo que fue su casa.

Algunos residentes, como Joel Chávez, caminan sin rumbo fijo, intentando entender lo que es como pesadilla.

Algunas viviendas están seriamente afectadas por las grandes grietas en la tierra.ALEJANDRO GILER

Miedo y vigilancia constante

Francisca Álava, dirigente comunitaria, ha sido testigo del miedo colectivo que domina las noches en El Verdún. “No podemos dormir. El sonido del zinc de los techos nos alerta cuando se dan los desplazamientos, la gente teme que suceda otro movimiento peor”, expresa.

Álava recuerda que esta no es la primera vez que la naturaleza castiga. “Aquí el fenómeno del Niño del 98 fue brutal, se llevó unas 20 casas en cuestión de segundos. El suelo desde allí quedó debilitado y luego vinieron los terremotos de Bahía en ese mismo año y el del 2016”, recuerda.

Las familias han sido reubicadas provisionalmente en una casa comunal y en viviendas de parientes, mientras se espera respuesta del Gobierno. El alcalde de Tosagua, Romel Cedeño, ha declarado a la zona como área de riesgo. Asegura que se han solicitado recursos para la reubicación de los afectados.

Algunos moradores temen perder todo lo conseguido con esfuerzo.ALEJANDRO GILER

En El Verdún, la tierra se ha partido al igual que el alma de sus habitantes, que hoy claman auxilio, por una oportunidad para reconstruir sus vidas en un entorno seguro.

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