El sol comienza a calentar y, a las siete en punto de la mañana, un grupo de niños llega con ilusión hasta el portón oxidado de la escuela fiscal 3 de Julio, en el recinto Tachina de la parroquia Cube, una zona rural del cantón Quinindé, en la provincia de Esmeraldas. Sin embargo, sus maestros no llegan.

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Con mochilas a la espalda y peinados con esmero por sus madres, se acomodan en las deterioradas bancas del aula. Pero no hay clases. No hay profesores. Solo silencio. Así llevan más de dos semanas, asistiendo todos los días esperando tener maestros.

La comunidad se une ante la adversidad

Adela Rubio, madre de familia, resume el sentimiento colectivo. “Estamos indignados. Van dos semanas desde que empezó el año lectivo y aquí en el recinto Tachina aún no nos asignan maestros. Los niños vienen con ganas de aprender, pero se regresan frustrados. ¿Dónde está el Ministerio de Educación?”, se pregunta con indignación.

La escuela 3 de Julio acoge aproximadamente a setenta niños y niñas de las zonas rurales cercanas. Algunos caminan más de una hora cada mañana para llegar puntuales, creyendo que, por fin, comenzarán las clases. Pero no.

Los niños se agrupan, juegan, algunos repasan los libros del año lectivo anterior, mientras sus padres conversan angustiados afuera, exigiendo una respuesta. 

“Nos dijeron que una maestra salió favorecida en el sorteo de nombramiento para esta zona”, cuenta uno de los representantes del comité local. “Pero se negó a venir”, añade el padre de familia.

Respuesta de las autoridades

EXTRA consultó sobre esta novedad a la Coordinación Zonal 1 del Ministerio de Educación y, a través de un mensaje de texto, su representante aseguró que “en respuesta a la necesidad urgente de un docente en la escuela 3 de Julio, la Coordinación Zonal 1 del Ministerio de Educación actuó de manera inmediata para garantizar la continuidad pedagógica de los estudiantes”.

Como medida temporal, se designó a una licenciada para cubrir el puesto mientras se gestionaba nuevamente la vacante a través del portal Educa Empleo, proceso que se efectuó los días 20 y 21 de mayo de este año.

Condiciones de infraestructura lamentables

Los carteles colgados en las paredes exteriores de la escuela lo dicen todo: “¡Queremos clases ya!”, “Nuestros hijos merecen educación digna”, “Ministerio, no nos abandonen”.

Además de la falta de personal docente, la escuela muestra severas señales de abandono físico. Las instalaciones presentan daños estructurales significativos, y los servicios básicos como agua potable y sanitarios están en condiciones deplorables.

El ambiente en la Escuela 3 de Julio es un reflejo de una lucha constante por el derecho a la educación, un derecho fundamental que parece ser ignorado. Los padres, movidos por un acto de fe y resistencia, continúan enviando a sus hijos al plantel, esperando que algún día, su situación sea atendida.

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