Por las canchas del Parque Infantil Roberto Luis Cervantes, ubicadas en el centro de la ciudad de Esmeraldas, no solo rodó un balón, sino también carcajadas, abrazos, lágrimas y un grito colectivo de dignidad.

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Así se sintió el Campeonato de Integración Jugamos con Orgullo, una jornada deportiva organizada por los colectivos LGBTIQ+ de Esmeraldas, impulsada por el Comité Orgullo Esmeraldas y respaldado por la Unidad de Igualdad de Género, Intergeneracional y Discapacidad, así como por la Alcaldía.

Los primeros silbatazos llegaron mientras los equipos calentaban. Aunque algunos de ellos se vistieron con camisetas multicolores y trenzas decoradas con cintas, todos portaban orgullo en la mirada.

En este encuentro participaron ocho colectivos de distintas zonas del cantón —como Camarones, Tachina, San Mateo y el centro de Esmeraldas— junto a equipos invitados como la Casa de la Juventud y la propia Alcaldía. En total, las cuadrillas que ‘pelotearon’ fueron 10.

“Lo más bonito fue ver jugar juntos a personas heterosexuales y miembros de la comunidad. Esa mezcla es el verdadero sentido de la integración”, dijo Yerico Chávez, representante del Comité Orgullo Esmeraldas.

Estas actividades se enmarcan en la conmemoración del Mes del Orgullo LGBTIQ+, que se celebra cada junio a nivel mundial como un espacio para visibilizar las luchas, resistencias y conquistas de las diversidades sexuales y de género.

Entre goles y abrazos

Uno de los momentos más emocionantes se vivió durante la semifinal, cuando el equipo Amigas del Deporte se enfrentó a Casa de la Juventud en un partido reñido que terminó con marcador 3 a 2. “Fue un partidazo, pero más allá del resultado, nos fuimos con el corazón lleno”, contó Andrea Reyes, de 24 años, una de las jugadoras heteroaliadas.

La final también fue intensa. Amigas del Deporte, un colectivo compuesto por personas trans y mujeres lesbianas, mostró un despliegue táctico impecable. “A nosotras siempre nos gustó el deporte, pero muchas veces nos negaron la oportunidad por quienes somos”, dijo entre lágrimas de emoción una de las jugadoras, conocida como La Flaca.

No fue solo fútbol

En medio de la algarabía del deporte se escuchaban canciones de Gloria Trevi y Bad Bunny. “Yo vine con mi esposo, y ver esto nos llena de esperanza. Mi hijo es gay, y quiero que sepa que lo amamos como es”, dijo Maribel, de 53 años.

A lo largo del día, los partidos se intercalaban con breves pausas en las que se leían mensajes de inclusión, se repartían afiches informativos sobre derechos humanos y se brindaba atención en salud básica.

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