La tarde de este lunes 4 de agosto de 2025, una escena macabra estremeció al cantón La Concordia, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Dos cuerpos calcinados y maniatados fueron hallados dentro de un vehículo tipo taxi, completamente incinerado, en una zona rural poco transitada del tramo vial que conecta el recinto Los Laureles con Apolo 11, en el límite entre las parroquias San Jacinto del Búa y Plan Piloto.

El hallazgo ocurrió cerca de las 13:30 en una guardaraya, a unos 15 metros de la vía principal. Moradores de la zona notaron la presencia del vehículo quemado y alertaron de inmediato a la Policía Nacional. Cuando los uniformados llegaron al lugar, confirmaron que dentro del automóvil se encontraban dos cuerpos humanos en avanzado estado de calcinación, con señales visibles de haber sido atados.

De forma extraoficial, se conoció que el taxi pertenecería a una cooperativa del cantón Quinindé, en la vecina provincia de Esmeraldas. Aunque las autoridades aún no han emitido un pronunciamiento oficial, se presume que una de las víctimas podría haber sido identificada, aunque su nombre no ha sido revelado hasta contar con la confirmación forense.

Policía recogió evidencias y analiza el vehículo

Agentes de Criminalística y de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (DINASED) llegaron al sitio para realizar las pericias correspondientes y levantar evidencias que ayuden a esclarecer el caso. El vehículo fue trasladado para su análisis técnico y los cuerpos ingresados al Centro Forense de Santo Domingo para su identificación.

El crimen ha generado consternación entre los habitantes de la zona, quienes aseguraron que nunca antes se había registrado un hecho de esta magnitud en el sector. La vía Plan Piloto–Umpechico es poco transitada y, según vecinos, frecuentemente usada por vehículos que buscan evadir controles policiales.

Las autoridades han iniciado una investigación formal para determinar las causas y circunstancias del crimen, así como para identificar a los responsables. Mientras tanto, el silencio y el miedo se han apoderado de las comunidades aledañas, donde los habitantes piden mayor control y seguridad.