Un nuevo hecho de sangre estremece al cantón Quinindé, en la provincia de Esmeraldas. Marcelo Quinteros, un hombre de aproximadamente 43 años de edad, fue brutalmente asesinado la tarde de este domingo 13 de julio a las afueras de su vivienda, ubicada en el barrio Nueva Esperanza de la parroquia La Unión.

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Según los primeros informes, el crimen ocurrió mientras compartía bebidas alcohólicas con un grupo de amigos.

La escena se tornó violenta tras una discusión que, según relataron algunos vecinos, se desató entre los presentes. En medio del altercado, uno de los tres sujetos que libaban con Quinteros habría sacado un arma blanca y le propinó al menos tres puñaladas.

El ataque ocurrió en plena vía pública, frente a la casa de la víctima, donde aún permanecían visibles las huellas de sangre en la silla en la que minutos antes se encontraba sentado.

La Policía Nacional confirmó que, tras cometer el crimen, los presuntos responsables huyeron del lugar en dirección al río Colorado, ubicado a escasos metros de la escena del homicidio.

Dejaron una moto abandonada

En su precipitada fuga, abandonaron una motocicleta que habría sido utilizada como medio de transporte, lo que ya está en manos de las autoridades como evidencia clave para la investigación.

Marcelo Quinteros, cuya vida fue cegada de manera violenta, deja en la orfandad a tres hijos menores de edad. Vecinos y familiares, consternados por el hecho, esperaban la llegada de personal de Criminalística para el respectivo levantamiento del cadáver, que fue ingresado al interior de la vivienda tras el ataque.

Este nuevo crimen se suma a la creciente preocupación de los habitantes de La Unión, una parroquia que en los últimos meses ha visto aumentar los hechos de violencia, incluso en espacios cotidianos como reuniones entre conocidos.

Mientras tanto, las autoridades policiales continúan con los operativos de búsqueda para dar con el paradero de los implicados, cuyos rostros, según algunos testigos, serían conocidos en el sector.

El dolor de la familia Quinteros es profundo y desgarrador. En medio del llanto y la indignación, piden justicia y exigen a las autoridades no dejar impune este asesinato que enluta a toda la parroquia.

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