El dolor y el sufrimiento de la familia Solano-Aponte alcanzó su punto máximo la noche del sábado 5 de agosto, cuando se enteraron de que el policía Cristian David Solano, desaparecido desde el 21 de julio, fue encontrado sin vida en el sector La Y de la vía que conecta a Loja con Catamayo.

Un residente del área descubrió el cuerpo mientras caminaba junto a sus vacas que pastaban cerca de la carretera. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición y presentaba signos de violencia.

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Las autoridades policiales, junto con los bomberos, descendieron al lugar para recuperar el cuerpo. Los investigadores notaron que la víctima tenía las manos y pies atados, y presentaba varios moretones.

La familia de Solano lo identificó por la ropa que llevaba, la misma que usaba el día de su desaparición, el cual coincidió con la fecha de su cumpleaños.

El cadáver fue trasladado hasta la morgue del centro forense para la respectiva autopsia, la cual reveló que el uniformado murió por asfixia.

Según las primeras investigaciones, el oficial había viajado desde Cuenca a Loja para visitar a su esposa e hijo y celebrar su cumpleaños número 36. Luego le había dicho a su ‘ñora’, Maritza González, que saldría con amigos, pero nunca regresó a casa.

El policía estaba a punto de ascender a cabo primero y tenía planeado pedir una licencia para pasar tiempo con su familia. Tenía 10 años de servicio en la institución policial y contaba con jubilarse (en su tiempo) para poder viajar con su familia.

Al uniformado le darán los honores correspondientes y será sepultado el lunes 7 de agosto al mediodía, en el camposanto Jardines de Punzara, en Loja.  

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