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Piratas asesinaron a pescador en su propia embarcación y frente a su hijo en Manta
Antonio Anchundia, de 47 años, fue víctima de un ataque pirata en las costas de Manabí. Uno de sus hijos vio el crimen de su padre.
A la casa de Antonio Anchundia Reyes (47 años) no llegaron las perelas (especie de pescado) y tampoco la alegría que constituye haber regresado de faena. En su lugar llegaron los arreglos fúnebres, un Cristo de madera, unas cortinas blancas y unos ventiladores.
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En Santa Rosa, comunidad de la zona rural de Manta, Manabí, el ambiente es triste, nostálgico y desolador. Eso luego que Antonio, uno de sus hijos, haya muerto de forma violenta al recibir disparos por los piratas de mar.
Estos sujetos además de llevarse su vida se le llevaron el motor de la lancha con la que surcaba mares en búsqueda del pan que llevaba a la mesa de su hogar. El ataque se registró cerca de la Isla de la Plata, la madrugada del jueves, en territorio marítimo del cantón de Puerto López.
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Anchundia había salido de faena la noche del miércoles 14 de junio junto a su hijo. Era la forma de ganarse la vida, pero a su vez sabían los riesgos a los que se enfrentan los pescadores en los últimos días. Nunca imaginaron que sería la última pesca juntos.
El cuerpo del hombre fue cubierto con un plástico negro y cuando era traído en una lancha a tierra firme era abrazado por su retoño. El entristecido muchacho no se despegaba de el, lloraba, se lamentaba, le habían arrebatado a su compañero de mar, a su guía, su protector, a su papá.
"Se fueron con la ilusión de capturar perelas, venderlas y hacer dinerito para pagar deudas y hasta hacer algo por el día del Padre, la gente acá es bien humilde pero cariñosa y estos días especiales no pasan por alto", lamentó un lugareño que prefirió el anonimato".
El cuerpo sin vida arribó cerca del mediodía hasta Santa Rosa. Los familiares rápidamente lo llevaron hasta la vivienda. Luego el vehículo de Medicina Legal lo levantó y trasladó hasta el Centro Forense de Manta.
El procedimiento se dio en medio del llanto desgarrador de familiares y uno que otro reclamo por la inseguridad en el mar. "Ya basta de pescadores muertos, ya basta de delincuencia, ya nos da miedo pescar por todo esto", exclamaba un pescador de la zona.
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