Los restos del árbitro y entrenador de fútbol José Santos Pincay Fernández serán sepultados este lunes 11 de agosto, a las 15:00, en el cementerio general del cantón Vinces, Los Ríos. La tarde de este 10 de agosto del 2025, el féretro fue trasladado hasta la vivienda de sus padres, en las calles Diez de Agosto y Weinza, frente al estadio 14 de Junio, donde familiares, amigos, excompañeros y vecinos se reunieron para darle el último adiós. Entre los presentes se respira un ambiente de dolor, incredulidad y rechazo por el violento crimen que apagó la vida de uno de los referentes deportivos de la ciudad.

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El ataque ocurrió la noche del sábado 9 de agosto, alrededor de las 22:15, en la avenida Jorge Avilés, pleno centro de Vinces. Pincay había salido junto a su esposa, Luisa Vera Valle, para comer guatita en un local del sector Los Mirtos. Según relató ella, apenas estacionaron la motocicleta y se disponían a entrar al restaurante, dos sujetos armados se acercaron y le dispararon sin previo aviso. El árbitro, aún sentado en la moto, recibió dos impactos de bala en la cabeza y uno en el pecho, cayendo hacia un costado mientras los agresores huían a toda velocidad con rumbo desconocido.

“¡Ayúdame, señor, no sé quién lo hizo, qué pasó… mi amor!”, gritaba desesperada Vera en medio del caos, pidiendo ayuda para trasladarlo a una casa de salud. Sin embargo, personal de emergencias que llegó al sitio confirmó que Pincay ya no tenía signos vitales. Su cuerpo fue llevado a la morgue de Vinces, donde el médico legista verificó las heridas mortales y programó la autopsia para el domingo. En la escena, Criminalística levantó un proyectil como evidencia, mientras la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (DINASED) inició las investigaciones para esclarecer el hecho.

Hasta el momento, las autoridades no han confirmado el móvil del crimen. Vecinos y testigos afirman que todo ocurrió en cuestión de segundos, dejando una escena de terror en uno de los sectores más concurridos de la ciudad.

“El profe”, como era conocido en el ambiente deportivo, fue capitán de la selección ecuatoriana Sub-20 a finales de los años 90 y destacó como un defensor central con características adelantadas a su época. En Santa Rita, el club deportivo de Vinces, su talento y liderazgo eran evidentes antes de cumplir los veinte años. Tras retirarse del fútbol de manera prematura, incursionó en el arbitraje y más tarde en la formación de jóvenes futbolistas en el club Santa Rita y en las escuelas de la Liga Deportiva Cantonal, siempre insistiendo en que “los niños, además de jugar al fútbol, se eduquen y estudien para la vida”.

Su primo, Eder Pincay, expresó en redes sociales la conmoción que embarga a la familia: “¿Qué pasó primo, usted era un hombre bueno?”. Ese sentimiento es compartido por exjugadores, árbitros, vecinos y amigos, quienes coinciden en que su muerte deja un vacío en el deporte local. La comunidad exige a las autoridades que el asesinato no quede impune y que se capture a los responsables de silenciar, a bala, el pitazo del ‘profe’.

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