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San Lorenzo volvió a encender su identidad colectiva con la emblemática Gran Regata Náutica, uno de los eventos más esperados de sus fiestas de cantonización.Luis Cheme

San Lorenzo celebró su alma fluvial con una regata llena de tradición

Como parte de los festejos por su cantonización, San Lorenzo realizó con una colorida regata náutica que unió tradición, cultura afro y alegría. 

San Lorenzo, tierra de estuarios, marimbas y espíritu festivo, volvió a encender su identidad colectiva con la emblemática Gran Regata Náutica, uno de los eventos más esperados de sus fiestas de cantonización. A orillas del malecón, donde el río se encuentra con el corazón del pueblo, decenas de embarcaciones surcaron las aguas entre aplausos, tambores y gritos de alegría.

La jornada, cargada de simbolismo y emoción, convirtió el estuario en un lienzo vivo de colores, con lanchas adornadas con banderas, flores, mensajes de orgullo y rostros sonrientes. Pero fueron las candidatas a Reina de San Lorenzo quienes robaron miradas, navegando entre olas y aplausos, irradiando carisma y entusiasmo desde lo alto de sus embarcaciones. Cada una fue acompañada por representantes de los diferentes departamentos institucionales, quienes aportaron creatividad y ese espíritu sanlorenceño que se desborda en cada fiesta.

Las candidatas a Reina de San Lorenzo robaron miradas, navegando entre aplausos e irradiando carisma y entusiasmo.Luis Cheme

La música y la tradición acompañó el recorrido

El ritmo ancestral no faltó. Desde los altoparlantes y las orillas, los sonidos del cununo, el guasa y la marimba marcaron el pulso de la celebración, recordando que en San Lorenzo, la cultura afrodescendiente no es solo memoria: es presente vibrante, es comunidad que se abraza a través del tambor y la danza.

La regata, más allá de la competencia simbólica entre lanchas, fue una verdadera fiesta fluvial. Un encuentro de generaciones, tradiciones y afectos que reafirma el orgullo de ser sanlorenceño y afroecuatoriano.

Con cada canto y cada sonrisa, San Lorenzo volvió a demostrar que la cantonización no es solo una fecha: es una identidad que se celebra desde el agua hasta el alma.

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