La noche de este lunes 11 de julio de 2025, la ciudadela La Tolita 2, en el sur de Esmeraldas, fue escenario de un nuevo hecho violento. Eran las 21h25 cuando un vehículo Kia color plomo, con vidrios polarizados, ingresó a la zona. De él descendieron tres hombres armados —identificados por testigos como alias “La Truma”, alias “Domingo” y un tercero no identificado— y abrieron fuego de manera indiscriminada contra todo aquel que encontraban en su camino.

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Las ráfagas, que vecinos describieron como “camaretas de muerte”, rompieron la calma y sembraron el pánico. Muchos corrieron a resguardarse; otros huyeron hacia casas de familiares, temiendo que la violencia se repitiera. En el lugar quedó tendido sin vida Freiman Solís Sánchez, de 27 años, quien había salido a comprar cigarrillos cuando fue sorprendido por los disparos. No tenía antecedentes penales.

El fallecido presentaba múltiples heridas de arma de fuego, con orificios de entrada y salida causados por proyectiles, localizadas en la cabeza, a la altura de los ojos, y en ambas piernas.

Entre los heridos se encontraba Patricio Torres Peralta, de 33 años, quien presentaba una herida por arma de fuego en la frente, con orificio de entrada y salida. Fue trasladado de urgencia y entubado en el área de terapia intensiva del Hospital Delfina Torres, con pronóstico reservado. Sin embargo, a las 00h30, el personal médico confirmó su fallecimiento debido a un trauma craneoencefálico grave. Tampoco registraba antecedentes.

Cuatro sobrevivientes luchan por recuperarse tras la balacera

Cuatro personas más resultaron heridas en el ataque: Danna Vernaza Alcívar, de 26 años; Andrés Palma Loor, de 25; Juan Verá Nazareno, de 22; y Lueder Arroyo Caicedo, de 36, todos ecuatorianos y sin antecedentes penales. Se encuentran bajo observación médica, estables, pero con secuelas físicas y emocionales que tardarán en sanar.

El ataque ha dejado una profunda huella de miedo y dolor en La Tolita 2. “Uno ya no sabe si regresa vivo a casa… las balas sonaban como si estuvieran dentro de mi sala”, relató un vecino que pidió mantener su identidad en reserva.

"Él solo salió a comprar unos tabacos, no se imaginó que esos minutos le iban a costar la vida," comentó con voz entrecortada un familiar cercano, quien prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias. "Era un muchacho tranquilo, sin problemas con nadie, no merecía esto."

Las autoridades investigan el móvil del ataque, que hasta el momento se maneja como un acto de violencia que podría estar vinculado a disputas entre grupos armados que operan en la zona. Los agresores huyeron en el vehículo inmediatamente después del tiroteo, y aún son buscados por la policía.

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