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Horror en Quinindé: Un taxi incinerado con dos cuerpos en la cajuela, ¿quiénes son?
Uno de los fallecidos sería el conductor del automotor, quien salió con una carrera fuera de su provincia
Un viaje común y rutinario terminó en una desgracia para el taxista Jorge Ávila, de 42 años, cuyo vehículo fue hallado incinerado a unos quince metros de la carretera principal, en una guardarraya, con dos cuerpos carbonizados en la cajuela.
La mañana del lunes 4 de agosto de 2025, Ávila vestía una camiseta polo azul y llevaba el carné colgado en el retrovisor. Ese día, su celular había sonado a las 09:11 y lo fletaron hasta el recinto Apolo 11, jurisdicción del cantón La Concordia, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Así, el hombre se alejó de su plaza habitual de trabajo, en Quinindé, Esmeraldas.
Antes de salir, el taxista pasó por su casa, recogió una botella de agua helada y le dio un beso a su hija menor que jugaba en la vereda. Subió a su carro y arrancó. Al poco tiempo recogió al pasajero. Nadie sabe con certeza quién era, solo que se sentó atrás. Después, en algún punto del camino rural, la ruta dio un giro siniestro.
En la vía que une Plan Piloto con el recinto Los Laureles, del cantón La Concordia, cerca de las 13:30, campesinos hallaron el vehículo en una guardarraya. Estaba consumido por las llamas y despedía un hedor que no era el de maleza quemada, sino de algo más macabro.
Al llegar, las autoridades confirmaron el horror: dos cuerpos calcinados y atados yacían en la cajuela del taxi. Uno de ellos, por los restos del cinturón, parecía haber sido Jorge, el conductor. El otro cuerpo, hasta ahora, es un completo misterio. Todavía no se sabe si es el pasajero que lo fletó.
La principal hipótesis de la Policía es que Jorge y su pasajero fueron interceptados por otros sujetos. Se presume que fueron torturados, amarrados y luego metidos en la cajuela, antes de que los asesinos le prendieran fuego al vehículo para borrar toda evidencia.
En La Concordia, los moradores de la vía Plan Piloto-Unpechico no pueden dormir tranquilos tras descubrirse el horrendo crimen, la tarde del lunes. Es la primera vez que el horror llega de esa forma tan brutal. El monte, que antes solo escondía pájaros y caminos de tierra, ahora guarda el eco de un crimen que parece salido de una pesadilla.
¿Cuál sería el motivo del cruel acto?
La noticia conmocionó a la comunidad de Quinindé, donde Jorge era conocido por ser un hombre trabajador y tranquilo. Sus compañeros de la cooperativa de taxis se mostraron incrédulos, destacando que él no tenía enemigos. Por eso nadie entiende qué pasó y por qué alguien pudo cometer un acto tan cruel.
Mientras tanto, agentes de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased) ‘peinaban’ la zona, buscando cámaras, testimonios y pistas para dar con los responsables de este brutal doble crimen que ha generado miedo e incertidumbre en la comunidad.
Jorge Ávila salió aquella mañana con la esperanza de hacer unas carreras y volver a casa, entre planes sencillos como almorzar a las 14:00 o terminar la jornada antes del atardecer. Con su deceso, tres hijos y una esposa quedan enfrentando un inmenso dolor.
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