Desde el Teatro Sucre, donde se realizó la Sesión Solemne por los 491 años de fundación de Quito, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, respaldó públicamente las quejas del burgomaestre capitalino sobre la falta de apoyo del Gobierno Central.

“Por supuesto que es público y notorio. En la vida uno puede engañar a muchos mucho tiempo, pero no a todos todo el tiempo. La gente está harta del engaño y lo demostró el 16 de noviembre, por goleada 4-0”, expresó, en referencia al resultado electoral reciente.

Álvarez sostuvo que, pese a ese escenario, los municipios siguen sosteniendo al país con obra, gestión y servicios, incluso cuando —según dijo— las transferencias llegan en bonos que complican la operación municipal.

El reclamo por los bonos: “Nos castigan en el mercado”

El alcalde guayaquileño detalló que Quito ya registra, en la contabilidad del Gobierno, más de USD 300 millones pagados en bonos y Guayaquil bordea los 400 millones. Sin embargo, advirtió que estos papeles no tienen liquidez y terminan afectando a contratistas y proveedores.

“Una vez que se reciben los bonos hay que salir al mercado a gestionarlos, y eso genera un castigo. Ningún municipio puede operarlos sin verse perjudicado. Hacer gestión con esta persecución permanente es difícil”, afirmó.

Revolución Ciudadana: “Hay divergencias, pero debemos salir fortalecidos”

Sobre las tensiones internas en su organización política, Álvarez pidió calma y señaló que la próxima convención será clave para recomponer el rumbo.

“Es normal tener opiniones divididas en cualquier organización. Lo importante es conversarlo y salir fortalecidos. Yo siento, cada vez que hay un problema, me afecta, pero estoy seguro de que se tomarán las mejores decisiones”, mencionó.

También subrayó que en esa definición pesará el liderazgo del expresidente Rafael Correa.

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