Elizabeth Otavalo lloraba desconsolada en los brazos de un hombre mientras descendía en una camioneta desde el cerro Casitagua, en el norte de Quito, al conocer que su búsqueda ya no tendría un final feliz.

La mañana del miércoles 21 de septiembre, en este lugar, la Policía halló el cadáver de su hija, María Belén Bernal, quien estaba desaparecida desde la madrugada del pasado 11 de septiembre. Estaba embalado y en estado de descomposición.

La abogada, de 34 años, fue vista por última vez cuando visitó a su esposo, el teniente Germán Cáceres, en la Escuela Superior de Policía, en Pusuqui, a unos 11 kilómetros de distancia de donde estaba el cuerpo. El oficial, quien es el principal sospechoso de la desaparición y también del crimen, continúa prófugo.

La zona boscosa en la que fueron hallados los restos de la mujer está detrás de la escuela de formación policial. Los esfuerzos se centraron en ese sitio luego de que Patricio Carrillo, ministro del Interior, informara que “creemos que potencialmente podríamos hacer muchos hallazgos”.

Alerta

A las 10:00 del 21 de septiembre, durante los rastreos, un bombero se topó con el sitio. Esto encendió las alertas de las autoridades, quienes de inmediato cercaron el lugar y levantaron indicios. Al tiempo, la Fiscalía informaba que unos restos humanos fueron hallados en el contexto de la búsqueda de la abogada Bernal. No se atrevían a confirmar lo inevitable.

Pasado el mediodía llegaron al lugar Otavalo y los abogados de la familia para que ayudaran a verificar si el cuerpo pertenecía a Bernal, quien en poco tiempo sería reconocida gracias a un tatuaje en su espalda.

El cadáver se encontraba envuelto con fundas plásticas. Junto a él había una cobija negra con rojo la que fue levantada como indicio. Los agentes enviaron muestras al laboratorio de Criminalística, donde confirmaron técnicamente que los restos sí eran de la abogada.

Difusión

Al principio, la difusión de información se manejó con mucho hermetismo, pero luego la primera confirmación de la identidad de la jurisconsulta la hizo Jesús López Cedeño, abogado de la familia. “Se trata del cadáver de María Belén Bernal”.

Aunque la información oficial vino de la mano de Guillermo Lasso, presidente de la República, a través de su cuenta de Twitter. El primer mandatario lamentaba el hallazgo e indicó que esto se trató de un femicidio. Agregó que el caso no quedaría impune.

A las noticias se unió el propio ministro Carrillo, quien ratificó la localización y señaló que “encontraremos a Cáceres donde esté y lo entregaremos a la justicia”.

De hecho, para mañana se tiene previsto que una jueza de la Unidad Judicial Penal de Carcelén, norte de Quito, convoque a la audiencia de vinculación y formulación de cargos contra el teniente de Policía.

Sanciones

Una vez que la ambulancia de Medicina Legal llegó al sitio y embarcó a la fallecida, poco a poco los rescatistas e investigadores empezaron a retirarse. En la caravana que bajaba desde donde estaba el cuerpo se encontraba Otavalo, quien seguiría a su hijita hasta la morgue de la Policía.

Al tiempo, la institución emitió un comunicado lamentando lo ocurrido. Ratificó que no descansarán hasta dar con su asesino. “Este es un crimen atroz que nos duele y nos avergüenza a todos; es inaceptable que un policía haya privado la vida de otra persona”, precisó la institución al referirse al oficial sospechoso.

Agregó que se ejecutan los procesos disciplinarios contra quienes, por acción u omisión, incumplieron con su deber y permitieron que este hecho sucediera. 

Una de las personas que está en la mira de las autoridades es Josselyn Sánchez, cadete que oyó la pelea la fecha de la desaparición. Ella está detenida por el delito de desaparición involuntaria, pero con la confirmación de que se trató de un femicidio su suerte podría cambiar.