Cargados con material de construcción una familia de La  Comuna de Santa Clara de Millán, en el occidente de Quito, inició el arreglo de uno de los pasajes del barrio. Aquella obra había estado pendiente desde hace tiempo y la pandemia retrasó aún más las acciones.

Sin embargo, desde hace unos días, una de las familias que reside en el pasaje Cóndor Mirador se organizó y autoconvocó para seguir con los trabajos sobre la calle evidentemente deteriorada. El objetivo de los habitantes de la zona era que la ruta sea accesible para vehículos y peatones.

El primer paso que dieron los moradores fue colocar piedra y una mezcla de cemento para adecuar la sitio que por años había causado estragos al barrio, especialmente durante el invierno cuando la ruta se convertía en un verdadero lodazal.

En verano, la situación no es diferente. El polvo cubría cada tramo del pasaje, lo que causaba problemas en la salud de los vecinos. Ambas razones dieron pie para que se organizara una minga a la que se sumaron otros residentes del lugar.

Por el momento los trabajo continúan y todos los involucrados cumplen con estrictas normas de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus. Durante las jornadas cubren sus rostros con mascarillas y siguen las recomendaciones de distanciamiento social.