Tras la matanza ocurrida la madrugada del lunes en el Centro de Privación de la Libertad de Turi y que ha dejado a 20 internos muertos el temor a que la tragedia se repita en otras prisiones persigue a los familiares de quienes se encuentran detenidos. La mañana de ayer un grupo de personas llegó hasta el Centro de Rehabilitación Social de Varones ubicado en el kilómetro 16,5 de la vía a Daule para corroborar si en la también llamada Penitenciaría del Litoral no se había desatado la guerra entre internos.

Jenny Victores Figueroa era una de las decenas de madres, esposas, hijas y demás parientes que demandaba por información de sus seres queridos. La señora, de 56 años, llegó desde el Paraíso de la Flor (noroeste) preocupada porque por las redes sociales se había enterado de la tragedia ocurrida en la cárcel de Turi.

“Es terrible, así fue la primera vez (febrero 2021), los asesinatos comenzaron en Cotopaxi y luego en otras prisiones. Estamos preocupados. Tengo a mi hijo preso desde hace 4 años por porte de sustancias, él no se mete en nada, pero los más inocentes son lo que siempre pagan los platos rotos”, manifestó Victores.

A Nancy García, María Alarcón, Alexandra Gómez, madres de otros reclusos, les invade el mismo sentimiento de zozobra y angustia por la masacre ocurrida en la prisión de Azuay. 

“Nadie para los crímenes, revueltas, estamos cansados, cuando ocurren estas tragedias no se puede dormir”, menciona Nancy, quien desde las 06:00 salió de su casa ubicada en la 30 y Vacas Galindo para buscar información de su hijo, quien hace 5 años fue detenido por violación. (AEB)