El sonido de la guitarra se une al órgano electrónico y al cencerro, y comienzan las maratones de cumbia. A los vecinos del barrio Divino Niño, en la avenida Iguanas, del popular sector de La Ladrillera, al norte de Guayaquil, se les viene haciendo normal escuchar los ensayos de la orquesta Horchata Latina, que está dando sus primeros pasos, pero va por buen camino.

Por ahora son siete integrantes: cinco varones y dos mujeres, todos invidentes. Es decir, no pueden ver, pero tocan y cantan espectacularmente. Y su objetivo es en algún momento poder vivir de la música.

Los integrantes son el pianista Bryan Higuera; el percusionista Bryan Maldonado; los vocalistas María Elisa Garzón, Jefferson Peñafiel y Yariela Ponte (esta última de Panamá); el guitarrista Edwin Encalada; además de Max Monaga, cantante y baterista, y a quien además le gusta la música urbana.

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Ensayan en la casa de Encalada, de 32 años, quien es el hombre de las seis cuerdas y también canta. Él lleva la música en la sangre y desde pequeño anheló estar vinculado a la música, algo que ahora está haciendo realidad.

El sonido lo pone un ‘panita’ del sector, Marcelo Avecilla, quien apoya la idea de sus amigos.

‘Pilas’ para esos contratos

Edwin comenta que ensayan tres horas, interpretando desde cumbias, salsa y ritmos modernos hasta música nacional: “Somos Horchata Latina, un proyecto para quienes no podemos ver pero queremos hacer divertir a la gente. Queremos que nos contraten para sus fiestas”, dice muy emocionado Encalada, quien perdió la visión del ojo derecho cuando tenía 21 años, y del otro ojo a los 23.

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Anuncia que el 7 y 8 de julio harán un casting para tener más participantes, en el cuarto piso del edificio El Fórum, centro de Guayaquil.

A Jefferson Peñafiel le apasiona cantar cumbias y música romántica. Además, es deportista (practica natación) y le gusta vestirse todo de negro y usar el cabello largo.

Bryan Higuera, no vidente de nacimiento, tiene 27 años, vive en Milagro y es un crack para tocar el órgano. Le fascinan las canciones de Gerardo Morán y Máximo Escaleras. Es artista desde los siete años, cuando comenzó a tocar el órgano electrónico y su vida cambió. “Mi sueño siempre ha sido ser artista y seguir hasta donde Dios lo permita. Queremos hacer bailar al Ecuador. Quiero que sepan cómo vivimos nosotros la música”, manifiesta Bryan.

Max Monaga, mejor conocido como el Ciego de la Lírica y y que fue finalista del programa ‘Ecuador tiene talento’, le pone el ritmo urbano. Él además canta en los buses. “Para nosotros no hay barreras, queremos cantar y hacer bailar a todos. La idea es que todos sean felices”.

BAILAN, CANTAN Y ENCANTAN

María Elisa Garzón tiene una voz increíble. Las cumbias de Tierra Canela y Gerardo Morán le salen igualitas, pero además baila (le ‘hace’ a todos los ritmos). “Me gusta bailar. Si quiere, hágame todas las preguntas mientras bailo. Las tecnocumbias movidas son mis favoritas”, confiesa con una sonrisa.

“Es un sueño formar una orquesta de personas sin el sentido de la vista. Queremos que nos traten igual. Yo sé cantar de todo. Además, la idea es que se convierta en una manera de ganarnos la vida. Nos merecemos esa oportunidad”, comenta mientras hace unos pasitos de cumbia. Talento le sobra.

Mientras que Bryan Maldonado es un ganador en todo sentido. El atletismo es su otra pasión, pues es deportista paralímpico y ha representado a Ecuador. Aparte es licenciado en Comunicación Social.

En él, se nota que le pone ganas a todo lo que hace. “Tenemos la vida y eso es lo mejor que Dios nos ha podido dar. La música es una terapia hermosa, la llevamos en la sangre. El querer formar esta orquesta ya es un regalo de Dios”, expresa Maldonado.

Ellos no pueden ver, pero no se quejan de nada. Solo quieren apoyo para continuar haciendo música y poniendo a bailar a la ‘pípol’. Ese ritmo ilumina sus vidas.

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