La amenaza de muerte que desde hace tres meses pesaba sobre Ángel Gabriel Pardo Pariaz fue cumplida la tarde del sábado. A las 16:00, dos individuos llegaron en una motocicleta, uno de ellos se bajó y le descargó ocho ‘plomazos’, casi todos en la cabeza.

El asesinato de alias Coco, como era conocido el hombre de 49 años, ocurrió en la vereda del solar 5, en el bloque 2 de El Fortín, en el noroeste de Guayaquil. La víctima vivía en la cooperativa San Francisco 2, en el momento del hecho se hallaba en la casa de un amigo.

Ronald, el mayor de sus cuatro hijos, relató que su padre hace ocho meses salió de prisión y que le había hecho una promesa: “Hijo, me voy a portar bien para no volver a la cárcel”.

El joven también reveló que su padre estaba amenazado de muerte por miembros de la organización criminal Los Tiguerones y que estos presuntamente le advirtieron que de no obedecer lo matarían.

“Desde hace días lo estaban siguiendo. Varios hombres rondaban el sector en un carro gris con vidrios oscuros. Mi padre había estado varias veces preso. Aquella tarde mi papá salió de su casa y fue al domicilio de un amigo porque este le iba a pagar por ayudar a poner un letrero”, comentó el muchacho.

En la página de la Función Judicial consta que Pardo Pariaz registraba seis procesos, el más reciente por tráfico de sustancias. Antes ‘cayó’ dos veces por tenencia de armas y dos por asociación ilícita.

El mayor Dennis Cárdenas, de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), informó que el asesinato, al parecer, se trató de un ajuste de cuentas por temas relacionados con el expendio de droga en el sector.

También dijo que posterior al suceso, un adolescente de 16 años fue aprehendido y que en su poder se encontró un arma de fuego. “El menor de edad fue aislado, al parecer fue quien avisó a los asesinos de la presencia de la víctima. Lo seguía”, indicó.

En el lugar del hecho se hallaron 19 indicios balísticos, 13 vainas percutidas y seis deformadas. (AEB)