Agentes de la Unidad Antitrata de Personas de la Policía ejecutaron cinco allanamientos en Quito y uno en Quevedo, para desarticular una banda que se dedicaba a reclutar mujeres para obligarlas a prostituirse.

Jorge Borja, director de dicha unidad, detalló que las investigaciones comenzaron luego de que una menor de edad fue rescatada en Perú. Con esos datos, obtuvieron pistas para ubicar a los integrantes de la organización delictiva.

Según el oficial, las muchachas eran ‘distribuidas’ en diferentes centros de diversión nocturna. Se trataba de lugares clandestinos, como el descubierto en el sur de la capital, donde en condiciones insalubres tres mujeres ejercían la prostitución.

El lugar quedó clausurado y algunos hombres fueron retenidos para las pericias. Las chicas, en cambio, recibirían asistencia.